Mo entró en la casa encontrándose con Julian, este recibía unas coronas por
parte del instituto y de algunos familiares de su madre que como siempre no pudieron llegar, les indicó a
los floristas en donde estaban las personas que iban llegando al funeral
sonriendo abiertamente a la ex mujer de Ringo.
-Cariño.-Maureen no pudo evitar mirarlo con cierto eje de lastima,
pobrecillo.-¿Cómo te sientes?
Julian se encogió de hombros al tiempo que encorvaba los labios tratando de
dar con ese pequeño gesto una respuesta, no se sentía con mucho humor para
hablar en ese momento. Maureen comprendió le dedico una sonrisa al tiempo que
le pasaba una mano por el rostro lo mas maternalmente que pudo.
-¿Hay alguien acompañándolos?-Maureen se sentó luego de aceptarle a su
ahijado una taza de té.
Julian se sentó junto con ella dando un pequeño sorbo a su tasa antes de
responder.
-La verdad Tony debe encontrarse en este momento en un vuelo que no tardará
en llegar al aeropuerto unos quince minutos más.
-Pensé que ya estarían aquí los demás.
Maureen se refería a Ringo, Paul y George según la llamada de su ex marido
le explicaba que llegarían a Londres en una media hora, solo que no se movían
de EMI por el hecho de estar esperando a John quien parecía no recibió ningún
telégrafo ni fax que le mandaron las secretarias. O también descartaba la
segunda opción que Ringo le daba: No quiso recibirlos.
Sin embargo Maureen no terminaba de comprenderlo como era que John aun no
se enteraba del asesinato de Cyn, siendo que se estaba transmitiendo por todas
las cadenas; a fuerza tenía que haberse enterado, era raro, demasiado raro.
-Te dejo cariño.-Maureen le dio un beso en la frente a Julian.-Creo que te
dejo recibir lo que fala, yo me voy a la sala.
Tal y como dijo Ringo, los tres Beatles llegaron a la mansión que John le
dio a Cynthia al momento de haberse divorciado de esta, esa llegada produjo la
histeria prácticamente entre los reporteros que se encontraban afilados en las
afueras de la casa, no por presenciar a la gente sin importancia que entraba a
la finca de la familia Powell sino por
ver la llegada de George, Paul y Ringo y todavía la que era mucho más
importante de todas: la de John Lennon.
Algo que les llamaba la atención era saber si Lennon tendría el tiendo de
ir solo, o si una vez más se rebelaría e iría acompañado de su aun amante Yoko
Ono con la que estaba viviendo los últimos once años.
Los ex Beatles entraron a la finca sin tomar en cuenta si quiera al montón
de camarógrafos y reporteros que se empujaban entre ellos por lograr tomarles
una foto, o hacerles preguntas. Fue Julian quien los recibió un tanto
agradecido por el gesto de estar con ellos, todos y cada uno le dio el ya
sabido pésame al hijo mayor de los Lennon.
-¿En donde esta Sean?-Paul miraba a todos lados en busca de Sean Lennon.
-Él salió a caminar.-Julian le respondió.-Esta todavía en shok al igual que
Lil y Yo pero al menos a diferencia de nosotros, si sabe disimular.
George negó con la cabeza pobres niños eran demasiado jóvenes todavía; y
todos estaban ahora bajo la responsabilidad de la persona menos indicada para
cuidar de ellos: John Lennon, quien en esos momentos pareciera que se lo tragó
la tierra, pues nadie era capaz de localizarlo, le habían hecho cientos de
llamadas primero al hotel y después a la habitación no contestaba ninguna. Según la recepcionista
salió con Yoko desde en la mañana y desde entonces no había regresado para
nada.
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Estando en la sala Paul se le acercó con un par de bebidas en la mano; una
de las cuales le dio a George; al igual que él todo el asunto de la
desaparición matutina de John se le hacía raro, casi podía jurar que todo era
una maniobra de esa jodida bruja.
-¿Sabes Paul? Yo también te creo.-Paul volteó a verlo; al menos ya eran dos
que pensaban igual.-Me resulta imposible, a esta hora John ya debería estar
enterado de todo, pero claro a la zorra no le conviene en lo absoluto pues
entonces perdería a John nuevamente y con ello los millones que administra, si
salió astuta la muy perra ¿no?
Paul asentía con cada palabra que George escupía con cierto rencor hacia la
amante de John.
-Concuerdo contigo George.-Paul bebió de su whiskey.-Pero lo que más rabia
me da es que John no vea como es Yoko realmente, ese estúpido amor enfermizo
que le tiene no le deja ver las cosas como las ve todo el mundo; Yoko es una
astuta arribista no descansó hasta separarlo de Cynthia. Lo más curioso es que
apresuró de más las cosas cuando se dio cuenta del nacimiento de Lilian ¿Lo
recuerdas?-George asintió efusivamente.- Claro sentía que John se le iba de las
manos luego de abandonarla durante los nueve meses que duró el embarazo de
Cynthia, puedo recordar que en ese tiempo las cosas entre John y Cynthia se
pusieron mejor incluso John hablaba de darse una oportunidad con Cynthia, hasta
que Yoko volvió a aparecer poniéndolo todo al revés, y finalmente sucedió lo
del divorcio. Al mismo tiempo que unos años más tarde pasó lo de la separación
del grupo ¡Maldita perra!
Paul se tapó la boca, debido a que los presentes voltearon a verlo para
después volver a las murmuraciones.
La llegada de Sean el segundo hijo de la ex pareja llegaba justo cuando la
funeraria llevaba el féretro que contenía el cuerpo de su madre, dando con ello el inicio a la velación del
cuerpo.
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John se despertó algo somnoliento, a saber cuánto tiempo llevaría dormido,
checó el reloj de la habitación y sonrió al recordar que Yoko y él se alejaron
del mundo por una semana, cuando alquilaron aquella cabaña a solo 50 millas de
Paris con el fin de olvidarse ambos del stress que les provocaba la ciudad y
las grabaciones del último disco que produjo Double Fantasy que para
satisfacción del beatle se estaba vendiendo como pan caliente, nunca imaginó
que su regreso al mundo de la música fuese a tener un impacto tan grande.
Pensó que al despertar vería a Yoko sentada en el enorme ventanal que
estaba en su habitación dándoles una hermosa vista de los bosques nevados
franceses, sin embargo se encontró con una escena que no era lo que él mismo
esperaba, en lugar de Yoko estaba Cynthia, sí la mismísima Cynthia Powell
luciendo exactamente como el día en que la vio por primera vez, eso era lo que
pintaba raro de todo eso ¿Cómo era que Cyn podía lucir tan joven?
-¿Cyn?-John se incorporó en la cama tomando sus gafas de aumento 2.5 del
buró.-¿Qué haces aquí?
Cynthia no dijo nada permaneció quieta entre tanto John examinaba del todo
a todo desde el traje blanco hasta la mirada tristona que tenía en los ojos.
-¿Cynthia?-Volvió a llamar John.
-Vine a despedirme Johnny.-Respondió Cynthia sin moverse de su lugar.
John en ese instante sintió un frío recorrer su espina dorsal, no
comprendía muy bien del todo pero algo al tiempo en que Cynthia le dijo que se
despedía el corazón le latía con mayor fuerza, tanto que John sentía que se le
salía del pecho.
-¿Qué?-Preguntó John sin entender nada.-De que estás hablando mujer.
-Sería conveniente que vieras los periódicos John.-Cynthia por su parte
hablaba de manera tan tranquila, logrando así estabilizar a John que estaba a
punto de saltar de la cama para abalanzarse a ella.-No se habla de otra cosa
más que de eso.
-Sigo sin comprender nada Cynthia.-John ahora estaba fuera de la cama,
caminando de un lado a otro.-¿Por qué no me dices tú lo que está pasando?
Siento una opresión en el pecho que no me deja respirar.
Era cierto, conforme el tiempo
pasaba John sentía que el aire le faltaba, sentía que se iba a desvanecer si no
salía afuera a tomar un poco de aire limpio para llenar sus pulmones de
oxígeno.
-No te preocupes John.-Cynthia dejó escapar una risilla, un tanto angelical
a los oídos de Lennon.-Todo pasara en cuanto hayas despertado, pero antes
quiero pedirte un favor si, en cuanto te enteres, promete que irás con los
niños John están solos, necesitan de ti.
John asintió esta vez ya sin hablar pues la garganta estaba cerrada incapaz
de emitir ningún sonido John se dejó caer al piso con la mano en el pecho
esperando despertar de lo que era un sueño de los mas vividos que tuvo a lo
largo de su vida.
Despertó finalmente como Cynthia le había dicho Yoko estaba a un lado suyo
con los ojos llorosos y el estaba sudando a mares.
-¿John estás bien?-Preguntó una temerosa Yoko acercándose a él con un vaso
de agua en las manos.
John tomó el vaso bebiendo el contenido de un solo trago, trago que pasó
pesadamente por su débil garganta la que estaba seca, después echó un vistazo
hacia Yoko esta llevaba en sus manos un periódico con una imagen de Cynthia en
la primera plana. Eso le hizo recordar el sueño del cual acababa de despertar.
-¿Qué es eso?-Inquirió John apuntando con su dedo índice el periódico que
descansaba la mano de Yoko
Yoko miró el periódico todavía no sabía se decirle lo que pasó en Londres o
no estaban recuperándose de unas recientes peleas las cuales eran demasiado
constantes, y ahora que llegaba la
muerte de Cynthia. John no le dio tiempo de seguir pensando pues ansioso le
arrebató el periódico de las manos buscando desesperadamente la primer pagina;
luego de leer volvió a caer sentado en el colchón sin poder creerse lo que leyó
hacia unos minutos ¿Cómo que Cynthia fue asesinada? Si apenas el día anterior
habló con ella para resolver el problema con las cuotas que atravesaba con el
instituto de Lil. Todo fue tan confuso.
Inmediatamente preparó la maleta comenzando a meter de manera forzada lo
que había en el interior del closet, Yoko intentó hacerle desistir habían
pasado ya trece horas del asesinato.
-Lo mejor sería que te quedaras aquí por lo menos a mañana.
-¡No!-Yoko abrió los ojos ante la negativa rotunda de John!-No pienso quedarme
en el maldito Paris ni un segundo más entendiste, si quieres hazlo tu, pero son
mis hijos tengo que estar con ellos. Sería mejor que si te quedases aquí.-Yoko
se sintió herida, John estaba haciéndola a un lado por culpa de sus hijos.- No
quiero pensar como se pondrá Julian cuando te vea entrar a la casa, para
evitarnos momentos bochornosos mejor te quedas aquí o como mejor te convenga
puedes marcharte de nueva cuenta a Nueva York, yo pienso quedarme unos días en
Londres.