seguidoras de hoy

lunes, 7 de abril de 2014

Capítulo II (Padre de familia)

Mo entró en la casa encontrándose con Julian, este recibía unas coronas por parte del instituto y de algunos familiares de su madre que  como siempre no pudieron llegar, les indicó a los floristas en donde estaban las personas que iban llegando al funeral sonriendo abiertamente a la ex mujer de Ringo.
-Cariño.-Maureen no pudo evitar mirarlo con cierto eje de lastima, pobrecillo.-¿Cómo te sientes?
Julian se encogió de hombros al tiempo que encorvaba los labios tratando de dar con ese pequeño gesto una respuesta, no se sentía con mucho humor para hablar en ese momento. Maureen comprendió le dedico una sonrisa al tiempo que le pasaba una mano por el rostro lo mas maternalmente que pudo.
-¿Hay alguien acompañándolos?-Maureen se sentó luego de aceptarle a su ahijado una taza de té.
Julian se sentó junto con ella dando un pequeño sorbo a su tasa antes de responder.
-La verdad Tony debe encontrarse en este momento en un vuelo que no tardará en llegar al aeropuerto unos quince minutos más.
-Pensé que ya estarían aquí los demás.
Maureen se refería a Ringo, Paul y George según la llamada de su ex marido le explicaba que llegarían a Londres en una media hora, solo que no se movían de EMI por el hecho de estar esperando a John quien parecía no recibió ningún telégrafo ni fax que le mandaron las secretarias. O también descartaba la segunda opción que Ringo le daba: No quiso recibirlos.
Sin embargo Maureen no terminaba de comprenderlo como era que John aun no se enteraba del asesinato de Cyn, siendo que se estaba transmitiendo por todas las cadenas; a fuerza tenía que haberse enterado, era raro, demasiado raro.
-Te dejo cariño.-Maureen le dio un beso en la frente a Julian.-Creo que te dejo recibir lo que fala, yo me voy a la sala.
Tal y como dijo Ringo, los tres Beatles llegaron a la mansión que John le dio a Cynthia al momento de haberse divorciado de esta, esa llegada produjo la histeria prácticamente entre los reporteros que se encontraban afilados en las afueras de la casa, no por presenciar a la gente sin importancia que entraba a la finca de la familia Powell  sino por ver la llegada de George, Paul y Ringo y todavía la que era mucho más importante de todas: la de John Lennon.
Algo que les llamaba la atención era saber si Lennon tendría el tiendo de ir solo, o si una vez más se rebelaría e iría acompañado de su aun amante Yoko Ono con la que estaba viviendo los últimos once años.
Los ex Beatles entraron a la finca sin tomar en cuenta si quiera al montón de camarógrafos y reporteros que se empujaban entre ellos por lograr tomarles una foto, o hacerles preguntas. Fue Julian quien los recibió un tanto agradecido por el gesto de estar con ellos, todos y cada uno le dio el ya sabido pésame al hijo mayor de los Lennon.
-¿En donde esta Sean?-Paul miraba a todos lados en busca de Sean Lennon.
-Él salió a caminar.-Julian le respondió.-Esta todavía en shok al igual que Lil y Yo pero al menos a diferencia de nosotros, si sabe disimular.
George negó con la cabeza pobres niños eran demasiado jóvenes todavía; y todos estaban ahora bajo la responsabilidad de la persona menos indicada para cuidar de ellos: John Lennon, quien en esos momentos pareciera que se lo tragó la tierra, pues nadie era capaz de localizarlo, le habían hecho cientos de llamadas primero al hotel y después a la habitación  no contestaba ninguna. Según la recepcionista salió con Yoko desde en la mañana y desde entonces no había regresado para nada.
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Estando en la sala Paul se le acercó con un par de bebidas en la mano; una de las cuales le dio a George; al igual que él todo el asunto de la desaparición matutina de John se le hacía raro, casi podía jurar que todo era una maniobra de esa jodida bruja.
-¿Sabes Paul? Yo también te creo.-Paul volteó a verlo; al menos ya eran dos que pensaban igual.-Me resulta imposible, a esta hora John ya debería estar enterado de todo, pero claro a la zorra no le conviene en lo absoluto pues entonces perdería a John nuevamente y con ello los millones que administra, si salió astuta la muy perra ¿no?
Paul asentía con cada palabra que George escupía con cierto rencor hacia la amante de John.
-Concuerdo contigo George.-Paul bebió de su whiskey.-Pero lo que más rabia me da es que John no vea como es Yoko realmente, ese estúpido amor enfermizo que le tiene no le deja ver las cosas como las ve todo el mundo; Yoko es una astuta arribista no descansó hasta separarlo de Cynthia. Lo más curioso es que apresuró de más las cosas cuando se dio cuenta del nacimiento de Lilian ¿Lo recuerdas?-George asintió efusivamente.- Claro sentía que John se le iba de las manos luego de abandonarla durante los nueve meses que duró el embarazo de Cynthia, puedo recordar que en ese tiempo las cosas entre John y Cynthia se pusieron mejor incluso John hablaba de darse una oportunidad con Cynthia, hasta que Yoko volvió a aparecer poniéndolo todo al revés, y finalmente sucedió lo del divorcio. Al mismo tiempo que unos años más tarde pasó lo de la separación del grupo ¡Maldita perra!
Paul se tapó la boca, debido a que los presentes voltearon a verlo para después volver a las murmuraciones.
La llegada de Sean el segundo hijo de la ex pareja llegaba justo cuando la funeraria llevaba el féretro que contenía el cuerpo de su madre,  dando con ello el inicio a la velación del cuerpo.
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John se despertó algo somnoliento, a saber cuánto tiempo llevaría dormido, checó el reloj de la habitación y sonrió al recordar que Yoko y él se alejaron del mundo por una semana, cuando alquilaron aquella cabaña a solo 50 millas de Paris con el fin de olvidarse ambos del stress que les provocaba la ciudad y las grabaciones del último disco que produjo Double Fantasy que para satisfacción del beatle se estaba vendiendo como pan caliente, nunca imaginó que su regreso al mundo de la música fuese a tener un impacto tan grande.
Pensó que al despertar vería a Yoko sentada en el enorme ventanal que estaba en su habitación dándoles una hermosa vista de los bosques nevados franceses, sin embargo se encontró con una escena que no era lo que él mismo esperaba, en lugar de Yoko estaba Cynthia, sí la mismísima Cynthia Powell luciendo exactamente como el día en que la vio por primera vez, eso era lo que pintaba raro de todo eso ¿Cómo era que Cyn podía lucir tan joven?
-¿Cyn?-John se incorporó en la cama tomando sus gafas de aumento 2.5 del buró.-¿Qué haces aquí?
Cynthia no dijo nada permaneció quieta entre tanto John examinaba del todo a todo desde el traje blanco hasta la mirada tristona que tenía en los ojos.
-¿Cynthia?-Volvió a llamar John.
-Vine a despedirme Johnny.-Respondió Cynthia sin moverse de su lugar.
John en ese instante sintió un frío recorrer su espina dorsal, no comprendía muy bien del todo pero algo al tiempo en que Cynthia le dijo que se despedía el corazón le latía con mayor fuerza, tanto que John sentía que se le salía del pecho.
-¿Qué?-Preguntó John sin entender nada.-De que estás hablando mujer.
-Sería conveniente que vieras los periódicos John.-Cynthia por su parte hablaba de manera tan tranquila, logrando así estabilizar a John que estaba a punto de saltar de la cama para abalanzarse a ella.-No se habla de otra cosa más que de eso.
-Sigo sin comprender nada Cynthia.-John ahora estaba fuera de la cama, caminando de un lado a otro.-¿Por qué no me dices tú lo que está pasando? Siento una opresión en el pecho que no me deja respirar.
Era cierto,  conforme el tiempo pasaba John sentía que el aire le faltaba, sentía que se iba a desvanecer si no salía afuera a tomar un poco de aire limpio para llenar sus pulmones de oxígeno.
-No te preocupes John.-Cynthia dejó escapar una risilla, un tanto angelical a los oídos de Lennon.-Todo pasara en cuanto hayas despertado, pero antes quiero pedirte un favor si, en cuanto te enteres, promete que irás con los niños John están solos, necesitan de ti.
John asintió esta vez ya sin hablar pues la garganta estaba cerrada incapaz de emitir ningún sonido John se dejó caer al piso con la mano en el pecho esperando despertar de lo que era un sueño de los mas vividos que tuvo a lo largo de su vida.
Despertó finalmente como Cynthia le había dicho Yoko estaba a un lado suyo con los ojos llorosos y el estaba sudando a mares.
-¿John estás bien?-Preguntó una temerosa Yoko acercándose a él con un vaso de agua en las manos.
John tomó el vaso bebiendo el contenido de un solo trago, trago que pasó pesadamente por su débil garganta la que estaba seca, después echó un vistazo hacia Yoko esta llevaba en sus manos un periódico con una imagen de Cynthia en la primera plana. Eso le hizo recordar el sueño del cual acababa de despertar.
-¿Qué es eso?-Inquirió John apuntando con su dedo índice el periódico que descansaba la mano de Yoko
Yoko miró el periódico todavía no sabía se decirle lo que pasó en Londres o no estaban recuperándose de unas recientes peleas las cuales eran demasiado constantes,  y ahora que llegaba la muerte de Cynthia. John no le dio tiempo de seguir pensando pues ansioso le arrebató el periódico de las manos buscando desesperadamente la primer pagina; luego de leer volvió a caer sentado en el colchón sin poder creerse lo que leyó hacia unos minutos ¿Cómo que Cynthia fue asesinada? Si apenas el día anterior habló con ella para resolver el problema con las cuotas que atravesaba con el instituto de Lil. Todo fue tan confuso.
Inmediatamente preparó la maleta comenzando a meter de manera forzada lo que había en el interior del closet, Yoko intentó hacerle desistir habían pasado ya trece horas del asesinato.
-Lo mejor sería que te quedaras aquí por lo menos a mañana.
-¡No!-Yoko abrió los ojos ante la negativa rotunda de John!-No pienso quedarme en el maldito Paris ni un segundo más entendiste, si quieres hazlo tu, pero son mis hijos tengo que estar con ellos. Sería mejor que si te quedases aquí.-Yoko se sintió herida, John estaba haciéndola a un lado por culpa de sus hijos.- No quiero pensar como se pondrá Julian cuando te vea entrar a la casa, para evitarnos momentos bochornosos mejor te quedas aquí o como mejor te convenga puedes marcharte de nueva cuenta a Nueva York, yo pienso quedarme unos días en Londres.








sábado, 31 de agosto de 2013

Asesinato

8 de diciembre 1980, Emi Music, Londres
Hacía apenas unas horas, George, Paul y Ringo aceptaron verse nuevamente en Emi, a pesar de que la banda tenía ya diez anos extinta, no pudieron evitar unirse una vez mas ¿en donde jodidos estaba Lennon con una chingada? ¿Qué Yoko seguía siendo más importante que sus propios hijos? Al menos eso es lo que Paul se preguntaba, cuando caminaba de aquí para allá en aquel estudio donde grabaron juntos tantas veces…hasta que Yoko llegó para mandarlo todo a la mierda con sus estúpidos comentarios. Y claro se valía de que John le defendiera.
Eso fue en parte una de las muchas causas de la desaparición de The Beatles, ahora cada quien seguía sus carreras en separado, él por ejemplo tenía un grupo los Wings que a decir verdad les estaba yendo de maravilla, ya no necesitaba de The Beatles para sentirse mejor consigo mismo, George tenía un listado de canciones de maravilla, mientras que Ringo seguía en su función de batería y hasta él también formó su propia banda, John y Yoko seguían aclamando por la paz y la igualdad de la mujer; solo que a George eso le parecía toda un hipocresía bien hecha por parte de Lennon, dado a que como estaban las cosas él debería haber llegado ya de ese viaje a París que hizo con Yoko, eran sus hijos quienes debían importarle más en ese momento tan duro que esa perra.
Desde que encendieron los televisores se escuchó una sola noticia: Cynthia Powell había sido asesinada al salir de su restaurante en Liverpool, un maniático fan de John, le disparó cinco veces en el pecho, inmediatamente todos acordaron ir a Liverpool, pero no podían hacerlo sin el  único miembro que de verdad hacía falta en todo ese rollo: John Lennon; por lo visto ni llegaría, pues el mensaje fue dado desde la mañana, ya eran las doce del día y Lennon ni sus luces.
Ringo se levantó pesadamente de su banco, caminó hacia la ventana y clavó la vista en ella formándose una idea larga de cómo estarían Julián, Sean y Lilian en esos momentos…Lilian, esa pequeña era quien más los preocupaba a los tres, se quedó sin su madre siendo muy pequeña apenas tenía diez años.
-Entonces.-George, no lo soportó, si John no aparecía en ese momento era capaz de tomar un vuelo a Liverpool sin importarle los demás.- Por lo que hemos visto el cabron de Lennon no recibió los mensajes, o no quiso venir, bien ¿Qué vamos a hacer nosotros?
Ringo y Paul se votaron a ver, George se veía bastante decidido a apoyar a los niños, ellos también querían brindar el apoyo necesario solo que no debían ser tan rápidos o al menos eso pensaba Paul quien estaba impresionado al ver la irresponsabilidad de John.
-No lo sé Harri.-Ringo se talló la cara dos veces.- Todavía no puedo creérmelo ¿Qué tenía ese tipo en la cabeza para desquitarse con Cyn?
-Pues lo que sea que vayamos a hacer, hay que hacerlo ya.-Replicó Paul dándose por vencido, Yoko les ganó una vez más, John no iba a ir a Londres.-No podemos seguir perdiendo el tiempo aquí en Londres, ellos allá en Liverpool están prácticamente solos, no tienen a nadie.
-Pues vámonos entonces.-Harrison anduvo hasta la puerta abriéndola toda a su paso.-Espero que John no se arrepienta después.
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En Liverpool Sean colgó el telefono no sin antes agradecer a su tío Ringo todo lo que estaban haciendo por ellos, en realidad ahora que ese loco mató a su madre no tenían a nadie en quien apoyarse en términos prácticos se supone que quedaban ahora bajo la custodia total de su padre, pero él junto con Julián y Lilian resolvieron quedarse con su tío Tony, a quien le tenían más cariño que al propio John, no es que el muchacho odiase a su padre como lo hacía Julián; el hecho es que se sentía devastado, Sean siempre fue muy apegado a John desde niño y cuando se enteró de que no volvería a casa entró en depresión, pensó que dejó de quererlos, sin embargo una carta mandada por John meses después de irse de casa le abrió los ojos, una nueva mujer ocupaba ahora los sentimientos de su padre dejándoles a ellos un lugar secundario del que nunca pudieron salir.
Eso fue lo que terminó por desanimarlo, fue la causa por la que le perdió todo el cariño que podía tenerle basándolo ahora en una sola persona: su madre ¿pero ahora a quien le daría todo eso si ella ya no estaba con ellos por culpa de ese idiota? Eran varias las preguntas que pasaban por la cabeza de Sean John Lennon, demasiado para sus jóvenes hombros el soportar la muerte de su madre. Justo minutos antes de la llamada de Ringo, los de la funeraria marcaron a casa informando que el cuerpo de Cynthia estaría listo para ser velado en un par de horas. Entonces para resumir un poco más las cosas y dejar de pensar en tanta tontería solo dedica esto: el infierno acababa de comenzar.
El adolescente de apenas quince años dejó caer pesadamente el aparato telefónico al suelo, quedándose solo con la bocina en mano, la realidad les estaba haciendo madurar a los tres de una forma despiadada, cruel en muchas maneras; seguro que debían superar cualquier adversidad salió de la sala de estar rumbo al living donde ya deberían estar los familiares por parte de su madre, de su padre solo la tía Mimí mandó una corona de flores y una carta donde les decía cuando les quería a los tres, mucha gente que tuvo la oportunidad de conocerlos de cerca decían que él tenía justamente el carácter de Mimi Smith, pero Sean Lennon no se sentía a sí mismo como un muchachito duro, con aires de juez, sino que más bien tenía sentido de la realidad. Y como le estaba costando aceptar la que ahora tenían.
Se acercó con paso lento hasta donde estaban Julián y Lilian, esta última se quedó dormida en brazos de su hermano mayor.
-¿Has logrado calmarla al fin July?-Sean tomó una taza de café que estaba a un lado de ellos, dio el primer sorbo y alimentó después el fuego de la chimenea, hacía una tarde especialmente fría, tenían que tener la habitación bien acondicionada para tanta gente que comenzaba a llegar.
Julián por su parte solo se limitó a asentir con la cabeza sin decir palabras en ese momento era para lo que menos tenía ánimos, ¿Por qué a ellos tenían que pasarles tantas cosas y al perro de John Lennon nada? En serio comenzaba a creer que llevar puesto el apellido Lennon, era llevar una maldición encima, tardó muchas horas en comprender que al vida les estaba pasando una factura demasiado cara, primero una perra japonesa más fea que un foco les arrebataba a su padre, y ahora esto ¿Cuánto más tendrían que sufrir? Eso es lo que se preguntaba desde la mañana para adelante.
Estaba en clases cuando le dieron la noticia, apenas podía creérselo… ¿Cómo podía su madre haber muerto siendo que en plena mañana lo llevó personalmente a la escuela por un citatorio? Sin embargo, por mucho que no lo pidiese creer estaba pasando, Cynthia estaba muerta, víctima de un asesinato es todo lo que sabían por el momento.
Sentía que el silencio de Sean lo ahogaba, necesitaba charlar, aunque fuese una tontería pero deshacerse de ese síntoma de falta que le estaba acabando.
-La prensa no tardará en llegar no.-Sean giró su cabeza en torno a él, estaba penando en tantas cosas que ni siquiera tiempo se dio para eso.-Seguro van a querer entrevistas, fotos, exclusivas, no les importará para nada nuestro dolor, solo querrán saciar la curiosidad de los que están fuera de nuestro alcance ¿Qué vamos a hacer Sean? ¿Cómo nos vamos a enfrentar a ellos tú y yo solos?
Sean se mordió el labio inferior, en buena parte Jules tenía razón, ellos solo vendrán les darán un pésame falso, unas cuantas peguntas para justificar su ida a la casa Powell y marcharán con sus libretas llenas de palabras dichas por un par de chicos que no sabían nada respecto al tema, pero que serían en un par de semanas más el único tema de conversación en las radios, televisiones y por supuesto  habría que mencionar los periódicos.
Después del entierro de su madre serían el motivo de hablar de las demás personas, tiempo después les tirarían al olvido, centrarían su atención en las noticias nuevas.
-No lo sé.-Sean se rascó la cien.- Estoy pensando muchas cosas, pero todavía no suelo reconocer cual es cual, he querido comunicarme con papá pero… ¿Se puede saber de que demonios te ríes?
-De eso que acabas de decir.-Julián dejó de carcajearse poniéndose serio otra vez.-Estamos jodidos Sean, John no es más que un adorno a quien llamamos papá durante mucho tiempo, sin embargo jamás ha sabido ser un padre.
Sean le miró reprobatoriamente, sin embargo a Julián poco le importaban las miradas de su hermano, solo tenía que sacar la impotencia que sentía al saberse abandonados por esa persona que tendría que estar con ellos en primera fila.
-No, no me mires así, sabes que digo la verdad Sean ¿Dime entonces porque no se ha presentado?
-Seguro tiene cosas que hacer Julián.
Julián rió sarcásticamente, como siempre Sean intentando encubrir a ese cabrón de John Lennon.
-¡Oh si como llamar a la prensa para tomarse fotos desnudo encima de la monita japonesa que se cargó no! ¡Vamos Sean! Hay que aceptar la realidad de una puta vez por más dolorosa que sea, estamos solos hermano, no tenemos a nadie más que a nosotros mismos.
-Eso compruébalo tu cuando le digan a John que tiene nuestra patria protestad.-Argumentó seriamente Sean, viendo desde su perspectiva dramática el rumbo que tomarían las cosas; seguro nadie tomaría en cuenta los deseos de dos adolescentes y una niña de quedarse con su único tío.-Ahora que veo mejor las cosas Jules; no vamos a tener escapatoria, ni tu ni yo somos mayores de edad y de seguro esos cabrones no nos van a dejar elegir.
-¡despreocúpate Sean!-Julián le palmeó el hombro.-Seguro querrá seguir al pendiente de su Yoko que dejará que tío Tony se haga cargo de nosotros.
Sean se llevó las manos a la cabeza; estaba cansándose de todo, creyó conveniente salir a caminar por lo que se puso en pie buscando su abrigo y una bufanda, afuera estaba haciendo bastante frío, necesitaba salir bien abrigado si no quería enfermarse.
-¿A dónde vas?
-Voy a caminar un rato, tranquilo regresaré en veinte minutos, solo necesito…
-Sí, sí despéjate, yo me quedo para atender a los que vayan llegando.
Sean sonrió a su hermano a modo de agradecimiento, salió por la puerta trasera de la casa encontrándose a la ex de su tio Ringo Maureen, esta se le dejó ir a los brazos besándole incontenidas veces la cabeza.
-¡Oh Sean! ¡Cuánto lo siento cariño!
Sean apartó suavemente a Maureen de él, claro sin dejar de sonreírle.
-¿Cómo están tus demás hermanos cielo?
Sean abrió la boca para coger aire, claro la pregunta del millón.
-Pues a quien más le afectó la noticia fue a Lilian, Tuvieron que traerla de la escuela en ambulancia y  Julián pues, él está en su punto fuerte por el momento.
-¿Y tu?
Sean se quedó esta vez completamente callado, ni él mismo sabía cómo estaba en esos momento, su apariencia daba a notar que estaba plenamente tranquilo, pero por dentro quería gritar…gritar lo más fuerte que pudiera sacar la rabia que llevaba contenida desde que el avisaron del asesinato de su madre, nadie tenía derecho de arrebatarle la vida a una persona menos de esa manera tan inhumana ¿Qué no pensó ese idiota que Cyn tenía tres hijos? ¿Por qué se ensaño con ella? ¿A caso la conocía? Varias preguntas de esa índole eran las que Sean tenía guardadas para ese tal Mark Chapman. Solo que se las tenía que guardar para el día del juicio, que sería una semana más adelante.
-Pues trato de pasarla Mo.-Esa fue la respuesta un poco inteligente que Sean pudo encontrar.-Solo trato de ser fuerte por Lilian, ella si está realmente mal.
Maureen comprendió que todo eso estaba siendo bastante duro para el pobre Sean, a su vez también entendía que estaba en un paso difícil en su vida pero lo tenían que superar, estaba segura que ese deceso era lo que lo haría unirse otra vez con su padre, con quien ya tenían la relación un poco ajetreada por los anos de abandono todos culpa de John.  No le dijo mas, le dejó marcharse mientras ella entraba a casa.
Sean metió las manos en sus bolsillos, comenzando a caminar a través de las nevadas banquetas de Liverpool, tenía pensado caminar hasta Blackpool, pero a merced de cómo estaban sus nervios, creyó conveniente caminar un poco más, así se despejaba un poco de lo que sucedía en su casa y trataba de pensar en otras cosas; por ejemplo que la semana entrante comenzaban las evaluaciones y para conservar la beca, tenía que seguir con ese promedio de 9.8.